Mikel está a punto de casarse con Julia, dueña de una importante joyería heredada de sus padres. En la fiesta del anuncio de la boda, Mikel conoce a Ari, una de las camareras del catering. Entre ellos surge una inmediata atracción. Y aunque el chico intentará controlar ese deseo por ella, acabará cayendo en sus brazos y disfrutando del mejor sexo de su vida. Poco a poco se irá sintiendo más enganchado a ella y más fascinado por su mundo, que no es otro que el de las carreras ilegales de coches. Un mundo de descontrol, de adrenalina a tope, donde lo único que importa es el aquí y el ahora. Un mundo que despierta el lado más salvaje de Mikel. Su vida al lado de Julia se ha vuelto completamente gris y decide romper su compromiso con ella. Lo que el chico no sabe es que todo forma parte de un plan elaborado por Ari y su novio, Navas. Ellos se dedican a seducir a incautos para colarse en sus casas y robarles. Mikel es la presa ideal, ansían el botín que Julia guarda en su caja fuerte. Pero las cosas se empiezan a torcer cuando Ari se da cuenta de que se está enamorando de su víctima. Eso desatará la furia de Navas y hará que todo se vuelva imprevisible. Cuando Mikel descubra que ha sido un juguete en manos de ellos dos, será demasiado tarde para dar marcha atrás. Está enamorado hasta el tuétano y demasiado involucrado en los asuntos turbios de los chicos. Mikel ya es otra persona. Se ha pasado al otro lado, y para probarlo tendrá que tomar la decisión más difícil de su vida y liderar el asalto a la joyería de su ex novia.
En mi opinión, es una película bastante entretenida y os voy a dar las razones de porque no es similar a Fast & Furious:
El camino hacia la perdición del protagonista.
El triángulo amoroso protagonista.
Lo mejor: Alberto Ammann, Adriana Ugarte y Álex González.
Lo peor: El final es previsible.
Conclusión: Recomendable para aquellos que quieran pasar un rato entretenido viendo esta película.
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